söndag 2 januari 2011

IDENTIDAD CULTURAL

El término identidad cultural es aún hoy objeto de análisis y debate por estudiosos y organizaciones especializadas en el tema, pero en su significado más amplio, el concepto de identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias. La identidad no es un concepto fijo, sino que se recrea individual y colectivamente y se alimenta de forma continua de la influencia exterior.

Entre las opiniones más extendidas y aceptadas está la de que la identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como la lengua, instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias. Un rasgo propio de estos elementos de identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo, pues son producto de la colectividad. 

En América Latina y el Caribe, un conjunto de elementos socio-culturales nos identifican como pertenecientes a un grupo humano característico e identificable y nos establece como tal por encima de la diversidad de manifestaciones, lenguas, costumbres, hábitos de vida, religiones y particularidades de orden ideológico-conceptual presentes en la particularidad de cada país o área de la región.

¿Qué nos identifica como latinoamericanos?
Los idiomas –que tienen por demás una raíz latina común- mayoritariamente hablados en la región, nuestra forma de manifestarnos, de expresarnos, de vivir, de entender las cosas, los valores ideo-estéticos, la particularidad diversa de nuestras costumbres, la moral de las religiones traídas de otras latitudes y su sincretismo, los lazos que nos unen históricamente, la memoria…

Esta esa identidad, además de ser una de las más abarcadoras del mundo está muy presente en la conciencia o el imaginario colectivo de los latinoamericanos. No solo somos parecidos y cercanos -en nuestra diversidad-, sino que también estamos muy percatados o conscientes de esa cercanía (para algunos eso es conciencia de su identidad) y nos sentimos parte, es decir tenemos un fuerte sentimiento de pertenencia, con excepciones, pero es una identidad muy compartida y de la cual millones de personas se sienten orgullosos. 

Por otra parte, la identidad en América Latina, en el contexto de la globalización, debe ser pensada desde la transculturación que nos dejó Fernando Ortíz: “ Al fin… en todo un abrazo sucede lo que en la cópula genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero también siempre es distinta de cada uno de los dos”.

La identidad cultural de América Latina no debe verse en modo alguno como la sumatoria mecánica de los elementos identificativo-culturales de cada país o grupo social del continente, es el resultado del intercambio constante entre nuestras sociedades a partir de la multiplicidad de nuestras raíces comunes. Lo latinoamericano está presente en tantas obras culturales, costumbres, hábitos, etc. que contribuye -en mucho- a dar sentido a nuestras vidas y está presente en infinidad de textos, obras de arte y discursos en general que dan cuenta de su permanente enriquecimiento.

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